Muchas horas de examen, mucho estrés, preguntas sobre temas que todavía no se han dado en algunos centros, material insuficiente y problemas añadidos para los alumnos con dispacidad visual para los que la prueba fue mucho más larga por las explicaciones en braille que fueron necesarias en un examen con predominio de imágenes.
Los mayores problemas que han suscitado las quejas de profesores y aplicadores, según el informe, son los curriculares. Había cuestiones sobre temas que todavía no se han dado en clase en muchos colegios y algunas preguntas, según denuncian, eran muy ambiguas. Todas las respuestas podían considerarse incorrectas o tenían más de una respuesta posible.